lunes, 22 de febrero de 2010

CRÓNICAS DE MAGANGUÉ



Magangué, la ciudad de los ríos
En la confluencia de las aguas del Cauca, el San Jorge y el Magdalena se levanta la segunda ciudad de Bolívar.
El incendio se inició al atardecer del 16 de febrero de 1961. Al bullicio de las calderas y de las paletas del vapor David Arango, que había llegado ese día orgulloso al puerto, se habían sumado las voces de los vendedores de baratijas que corrían siempre al encuentro de los viajeros, y los gritos de los braceros que cargaban y descargaban parte de las 400 toneladas de mercancía que, junto con los cien pasajeros, viajaban normalmente entre Barranquilla y La Dorada en este 'palacio flotante' de la Naviera Colombiana.
Alguien divisó el humo y las llamas que salían de uno de los camarotes del tercer piso de este barco de lujo, y la voz de alarma se propagó por toda la albarrada. Los pasajeros tuvieron apenas tiempo de desembarcar cuando el fuego se ensañó en el maderamen añejo de la cubierta. Fueron inútiles los intentos por apaciguar el fuego, y la tripulación optó por cortar a hachazos las amarras. El barco ardiente se fue así, navegando río abajo con la corriente, en medio de las primeras estrellas de la noche.
El incendio del David Arango cerró un capítulo de la historia de Colombia, del río Magdalena y, sobre todo, del puerto de Magangué, quizás el que más perdió con la desaparición de los grandes barcos.
Puerto estratégico

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